Voluntariado deportivo en el Remo
En cuanto decimos voluntariado deportivo, o pensamos en voluntarios referido al deporte, pensamos en los miles de voluntarios que hacen posible grandes eventos, como Juegos Olímpicos o Panamericanos, Mundiales de fútbol, o las centenas, o decenas que hacen posible las regatas continentales, internacionales e incluso las nacionales. Claramente identificables por sus uniformes, estos jóvenes y no tan jóvenes dedican su tiempo a trabajar para asegurar el éxito de las competencias deportivas.
Dependiendo de la talla del evento, recibirán mayor o menor capacitación para sus tareas, previamente definidas, que pueden o no estar ligadas a sus experiencia deportiva o habilidades profesionales. Así, es frecuente tener fotógrafos como asistentes de prensa, traductores en centros de información, y en el caso del remo, gente con brevet o habilitaciones de patrón de embarcaciones como lancheros. Pero no es raro tener un contador ayudando a acomodar al público en sus asientos, un tornero mecánico como chaperon de antidopaje o tareas muy diferentes de lo que es su vida habitualmente.
Pero antes de empezar a hablar de estos grandes eventos, es que tenemos que detectar esos voluntarios silenciosos, de esos que abundan en los clubes deportivos, y de lo cual el remo no es la excepción. A veces incluso el entrenador es voluntario, o hay un entrenador rentado y otros socios del club que ayudan con algunas tripulaciones, o remeros más experimientados que ayudan con la escuelita de remo. Pero también en la reparación de embarcaciones, no es raro ver a un padre ayudando a reparar alguna canoita, alguno que se da mas maña con carpintería, fibra de vidrio o herrería, y siempre pensando en nuevas ideas. La organización de eventos sociales, implica mucha logística, preparación de alimentos, vender los tickets, y hasta hacer ensaladas, el asado, y otras tareas que los remeros disfrutan, y hay un gran equipo de amigos del remo que lo hace posible.
Este sábado 6 de junio tenemos regata en Anchorena, en el Río San Juan, organizado por el Club Colonia Rowing. Te desafío a que veas a todos los que ayudan a hacer posible la regata, y veas cuántos de ellos son voluntarios. Desde los árbitros, en los que el remo es de los únicos deportes en que no cobran por su trabajo, hasta los lancheros que los llevan, los padres que venden alimentos y bebidas, que además cocinaron, venden números de rifa, así como en cada club tenemos voluntarios que llevan remeros en sus autos muchas veces sin ver un centavo para el combustible, o llevan el trailer, los delegados, y en cada club, los miembros de la Comisión Directiva.
Si contabilizaramos en dinero, aún al salario mínimo, las horas que ponen todos los están involucrados en la actividad del remo, o la organización de una regata, ningún club o federación podría costearlo. Ni siquiera los Juegos Olímpicos podrían realizarse, si tenemos en cuenta que por ejemplo en Rio 2016, sumando Juegos Olímpicos y Paralímpicos, participaron 50.000 voluntarios, y según un estudio de AP, eso equivale al ahorrro de U$S 100.000.000.
Entrando ahora de lleno en el voluntariado en grandes eventos, es sorprendente que haya tantas personas que quieran participar en estos eventos. Los que no viven en esa ciudad, deben pagar su pasaje hasta allí, su alojamiento, y la alimentación, excepto cuando están en sus días de turno. Hay un clima especial que se respira en este tipo de eventos, donde todos los sacrificios valen la pena comparado con la alegría de ser parte de un evento de esa talla, estar en contacto con los grandes deportistas y ser testigos de momentos épicos.
Sin embargo, que los voluntarios no cobren no quiere decir que sean gratis. Vestimenta, y comida los días en que les toca trabajar, es provista por los comités organizadores. Además, la capacitación para las tareas que tienen que realizar, y el costo de reemplazo en caso de que alguno no quiera seguir participando, o desaparezca una vez le hayan dado su uniforme. Por eso es habitual que al llegar al 5º, 10º día, por ejemplo se le vaya obsequiando souvenirs, camisetas, pins, gorros.
La gestión de los voluntarios es similar a la gestión de los recursos humanos rentados que hay en un evento deportivo. Hay que hacer un reclutamiento, buscando llegar a la mayor cantidad de candidatos posible, para luego reducir el número en la selección para llegar a la persona indicada para el puesto que la necesita, como cualquier proceso de selección laboral. La diferencia además es un riesgo de deserción mucho mayor. Además, es difícil llegar al número justo. En Juegos Olímpicos, todos quieren ser voluntarios, y el desafío es saber a quien dejar fuera. En regatas regionales, por ejemplo, el desafío es conseguir completar todos los puestos, con lo cual hay que hacer un gran trabajo de reclutamiento.
No hay nada mejor que ver una competencia deportiva y que todo fluya, que los voluntarios estén cada uno en su puesto y sepa que y cuando tiene que hacer cada cosa, y que puedan disfrutar ser parte del evento. El haber sido parte es un recuerdo que los acompañará siempre, así como los deportistas recordarán sus victorias o sus derrotas.
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