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Evolución de los botes de remo, desde el trirreme hasta el single shell.



El hombre ha utilizado el remo para desplazarse desde que el primer homínido subió a un tronco caído y se impulsó con una rama, y desde ese momento hasta los actuales botes de fibra de carbono y sofisticada fabricación, la evolución ha sido fenomenal. No alcanzan las páginas para escribir toda esa rica historia, por lo que hoy vamos a leer sobre el surgimiento de los primeros botes de remo de uso exclusivamente recreativo-competitivo, que dio paso al remo como deporte moderno que conocemos hoy.


Desde los inicios de la humanidad el hombre ha utilizado el remo como forma de desplazamiento en el agua, siendo sus primeras evidencias cerca de cuatro mil años anteriores a la invención de la rueda. Las embarcaciones fueron utilizadas para la exploración, transporte de bienes, personas y tropas, en un inicio principalmente a remo. Trirremes griegos, barcos egipcios, naves fenicias, galeras romanas, y luego los vikingos, utilizaban una combinación de remo y velas.



Esto continuó durante la Edad Media, hasta el comienzo de la era de los descubrimientos, así como los avances en la tecnología de las embarcaciones a vela, que dejó los botes a remo para distancias cortas, operativa portuaria, transporte tierra adentro, y otros usos menos ambiciosos. La batalla de Lepanto, en 1571, que fue la mayor batalla naval de la historia de la humanidad desde la antigüedad clásica, fue la última en que los barcos a remo fueron utilizados de forma decisiva.


Volviendo al nacimiento del bote de remo moderno, nos trasladamos a la Inglaterra de finales del S.XVIII y principios de S. XIX. Mientras se miraba con preocupación la revolución francesa y los cambios en Europa por las acciones de Napoleón, la Corona Británica comenzaba a expandir su imperio, llegando a finales de siglo a ser el mas grande de la historia de la humanidad.



Támesis con la catedral de St. Paul en el día de Lord Major, por Canaletto, 1746.

Esto convertía al puerto de Londres, y todos los puertos ultramarinos británicos en grandes centros de comercio y transporte, lo cual requería de una enorme cantidad de pequeños botes a remo para carga y descarga de mercadería, pesca, transporte de personas, asistencia en puertos (lo que hoy serían lanchas salvavidas en ese entonces se hacía a remo, hay un relato de un rescate en 1838 por parte de Grace Darling con un bote a remo).


En Londres, había solo un puente que cruzaba el Támesis, y además de tener un peaje, su tráfico era infernal. Además, con el crecimiento de la ciudad, no siempre era práctico: La mejor opción era los “Wherries”, barcos a remo de dos o tres remeros, que transportaban bienes y personas de un lado a otro del río.



Wherry en Londres, s. XIX

Por otro lado, en el transporte de personas y mercancías previo al ferrocarril, los canales eran la forma más eficiente. Los nobles del momento tenían sus embarcaciones a remo para transportar a sus familias, y las alhajaban con todos los lujos para mostrar su status. Competían entre ellos por darle a sus remeros las ropas más llamativas, y también, cuando se cruzaban en el agua por llegar primeros. El bote de ocho remeros era el equivalente al carro de seis caballos, el de seis, al de cuatro caballos, y así sucesivamente.



Embarcación Gloriana, de la reina Isabel II, inaugurada en 2012



Esta fanfarria llevada a los jóvenes estudiantes, hijos de estas familias, llevó a las competencias de botes de recreo en los colegios de Eton y Westminster, que se rastrea desde 1760, que luego según los historiadores llegarían a Oxford en 1815 y luego a Cambridge, disputándose la primera Boat Race entre ellas en 1829. Estas regatas, la llegada del remo a otras universidades y colegios, y la aparición de la regata de Henley, llevaría a buscar la construcción de embarcaciones cada vez mas livianas y veloces.


Volviendo a Londres, el Wherry era el medio de transporte para cruzar el río. Hasta 1750 el London Bridge era el único puente, y en su mayor apogeo, la watermen company tenía en sus filas a 10.000 miembros. Transportaban actores y espectadores a los teatros del banco sur del río, así como mercancías, personas, y carga y descarga de buques.

El primer barco a vapor navegó en Escocia en 1812, y era común en el Támesis para 1840. Nuevos puentes, y el ferrocarril, reducen el trabajo de estos remeros, y la náutica cambia por completo con el surgimiento de nuevos medios de propulsión y materiales. Surge el dicho “Antes teníamos barcos de madera y hombres de hierro. Ahora tenemos barcos de hierro y hombres de madera”.


El progreso que fue dejando obsoletos a estos botes de madera, los convirtió en embarcaciones de recreo. Contando con embarcaciones bastante estandarizadas, es fácil ver como eso llevó a la realización de competencias, donde rápidamente las apuestas generaron grandes premios y atracción del público por estas actividades. Se empezaron a crear embarcaciones específicamente para las competencias, y el mercado que movía llevó a que muchos constructores de botes innovaran y crearan prototipos, no siempre exitosos, que llevaron a revolucionar el mundo del deporte.

En todo el imperio británico llegaban estos botes, así como en EE.UU. y el resto de Europa. En Newcastle, el Río Tyne era el espacio propicio para la práctica y competencia del remo, y en el ambiente crecían tanto las apuestas, y las trampas, y con eso, la búsqueda del fair play. Los avances de los constructores de botes de allí revolucionarían el Campeonato del mundo de Sculls, las regatas de Oxford vs Cambridge, y regatas como las de Chester, Durham y Henley.



Podemos destacar cuatro avances:

Rigger: El soporte metálico que permite aumentar la palanca del remo sin aumentar el ancho de la embarcación. Permite tener embarcaciones cada vez más livianas, y finas, que ofrecen menos rozamiento al agua.


Asiento Móvil: Permite aprovechar la fuerza de las piernas, lo que a la larga cambia la fisionomía tipo del remero, que pasa de favorecer a hombres cortos y robustos, a ser mejor para personas altas y de extremidades largas. El cambio no fue inmediato, sino que coincidió con el banco fijo por un tiempo (el recorrido del carro no era tan largo como ahora), hasta que fue adaptado por completo en todos los botes de remo corto y largo.

Perno en el tolete: Esto permite que el tolete acompañe el ángulo del remo, sobre todo al incorporar la remada con las piernas, lo cual genera una remada más larga.



La quilla pasa para adentro del bote: la quilla era la pieza fundamental desde donde se construía el bote, en un principio con tablitas superpuestas (tinglado), hasta que se pudo crear una cáscara (Shell) de madera fina, que cubriera toda la embarcación. Para esto era imprescindible que la quilla estuviera dentro de la estructura del bote, dándole si firmeza y estructura a la embarcación, pero ofreciendo menos rozamiento. Hay estudios que le dan más valor a la eliminación de la quilla que al rigger en cuanto a velocidad, para botes de asiento fijo.




El desafío estaría ahora en darle estabilidad, con la orza o timón, y aprender a sacarle el potencial a estas nuevas embarcaciones. Los avances están vinculados a grandes nombres de constructures: Si bien hay desde 1828, el rigger se atribuye a Harry Clasper que es el primero en hacerlos de fora constistente y confiable en 1845. Mathew Taylor es el primero en colocar la quilla dentro del bote. Prototipos exitosos llevan a victorias, que llevan a más pedidos de botes a los fabricantes, copias de otros, mejoras, y cierta estandarización. Esto hizo popularizar el remo al estilo inglés en todo el mundo, y aumentó cada vez más su popularidad. Por ejemplo, para una regata de un bote de Harvard, EE.UU. en Inglaterra, hubo más de 75.000 espectadores.


Estos prototipos del siglo XIX llevarían a muchos cambios y escuelas de técnica del remo, pasando de la ortodoxia, al fairbankismo para llevar luego a otras técnicas más modernas, como la escuela de Alemania del Este, y otros estilos hasta llegar al remo moderno que quizás tiene menos variaciones entre un país y otro.


Pero el bote, se mantendría muy parecido hasta la incorporación de nuevos materiales como la fibra de vidrio, fibra de carbono, tanto en botes como en remos (en finales de s. XIX fueron populares los singles de papel maché tratados para hacerlos impermeables, por lo que la innovación con nuevos materiales no es nueva). Como prueba de la visión y genialidad de los fabricantes de botes del S.XIX, basta con ver las embarcaciones que se usaron en los Juegos Olímpicos de Montreal en 1976, y compararlos con lo que eran los botes creados en 1874, justamente cuando el remo uruguayo nacía.


En las imágenes que siguen: Pinturas de Thoma Eikins, entre 1872 y 1875. Dos sin de Australia, Montreal 1976. Silken Laumann, Medalla de bronce en single femenino, Barcelona 1992.

Fuente: The Story of World Rowing. DODD, Cristopher. Londres, 1992.




 

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